Cuando llegó, la lluvia murmuraba un poco más fuerte y los charcos empezaban a mojarle las botas.
Salieron hacia el cine, para entonces las nubes se habían puesto realmente furiosas y no dejaban ni ver con claridad, qué manía nos tiene el tiempo, hay que ver.
Cine. Cena.
Y faltó la tercera C para que la noche, fuera completa.